viernes, 17 de diciembre de 2010

Montbéliard, despedidas y vacaciones

Hace ya un tiempo me dije: si me voy en marzo, aún habrá mal tiempo, así que, si no aprovecho los fines de semana en los que haga un tiempo decente, no voy a ver nada. Entonces, la semana pasada le propuse a Santi (un manacorí muy simpático. Y no, para los que lo estén pensando, no juega al tenis...jeje) ir a Montbéliard. No os creáis que aceptó así de primeras. Tuve que hacer uso de mis múltiples armas de convicción.... porfi vaaaaaaa, vengaaaaaaaa, venteeeeeeeeeeeee... Evidentemente, al final se vino. También se unió a nosotros Pili, ¡una malagueña mu salá!
Montbéliard está a solo 50 minutos en tren, y allí pasamos un dia medio agradable. Lo del medio es porque hacía un frío que ponía los pezones para rayar cristales (olé ahí Andrés, ¡qué fino eres!), pero la ciudad no estaba nada mal. Es una ciudad pequeña con bastante historia por lo visto. De allí son famosas sus salchichas, que ya las había probado en Besançon.
Nada más salir de la estación, si avanzabas un poco te topabas con un castillo. ¿Un castillo en medio de la ciudad? Pues sí. Y además, era un castillo majete, que se empezó a construir en el siglo XIII.


Después estuvimos por las calles del centro, donde había un mercado navideño, como en casi todas las ciudades, al menos, de esta zona. Aunque la ciudad sea más pequeña, el mercado navideño es más grande que el de Besançon. Allí básicamente se puede comprar de todo. Comidas típicas, utensilios típicos de la zona, utensilios prácticos y bonitos, utensilios que no sirven pa' na'. Me gustan bastantes los "Marchés Noël" de aquí. Luego entramos a un museo en el centro, que al ser estudiantes nos costó sólo 1€, y además con esa entrada, luego podíamos ir al museo que había en el castillo. El del centro era más sobre la historia de Montbéliard, con cuadros, muebles, trajes típicos, y el del castillo iba sobre los habitantes animales prehistóricos que poblaban la zona y sobre cómics y juguetes. Extraña mezcla...

Momento de deslucidez instántánea.

No probé esta paella, aunque la verdad, es que tampoco daban muchas ganas de probarla. Abuela, prepárame el arroz y conejo, ¡que allá vooooy!


Esto fue en una iglesia protestante que estaba en el centro a la cual, evidentemente como podéis ver, entramos. Allí estaban estos risueños zagalicos cantando canciones navideñas. Nos quedamos un ratito disfrutando del calor y relax que daba el ambiente.




Os acordáis del museo de la mezcla rara que os hablaba, pues éste era.


Por la noche, la iluminación y el ambiente que había en las calles del centro daba un toque diferente a la ciudad.


Y bueno, cambiando un poco de tema, ayer por la noche, como la nieve no nos dejó ir al centro para poder salir (al igual que hoy no me ha dejado ir a la universidad...ju ju ju), nos quedamos en el edificio. Ayer algunos soltaron que otro llanto y hubieron escenas emotivas, porque los rusos nos abandonan. Dos de ellos están en mi misma planta incluso. Los echaré bastante de menos. ¡¡Ya tengo invitación para ir a Moscú!! ¡¡Y para poder ir a ver el mundial que nos quitaron!! jeje. Uno de ellos hizo que escribiéramos en su maleta. Hoy los despedimos definitivamente.

Bueno, ya mañana cojo el vuelo para volver a tierras hispanas, que la verdad es que ganas tengo de volver. Supongo que tardaré unos días en volver a actualizar esto.

Un beso, ¡¡y joyeux noël a todos!!!

Os dejo con unas fotitos que me gusta echar desde mi ventana para luego compararlas.

 

martes, 14 de diciembre de 2010

Besançon, esa sosegada ciudad

Sí, es verdad que os dije que la siguiente entrada iba a ir sobre lo que hice en Montbéliard, pero me ha parecido que es más interesante contaros esto ahora.

Bueno, el título de la entrada es irónico, por si alguien no lo había notado y os voy a contar por qué.

Vamos a comenzar con el extraño personaje que se cree que está en Final Fantasy VIII. Ya me lo he cruzado dos veces y los huevos se me pusieron de pajarita. Las dos veces que me lo he cruzado ha sido con un compañero de Los Belones (sí hijos sí, ¡de Los Belones! Quién haya veraneado alguna vez en el Mar Menor comprenderá mi sorpresa) que se llama José Carlos, y en las dos volvíamos de jugar al fútbol ya de noche. La primera, a parte de por ser la primera, fue la más chocante. Para ir de la pista de fútbol sala a mi edificio hay que cruzar un campo de rugby que no tiene ni un mísero foco o farola. Está completamente a oscuras. A no ser que la luna ayude un poco, no ves más allá de 3 metros. Bueno, el caso es que íbamos cruzando el campo de rugby cuando de repente empezamos a oír: mmmmmmmsch......mmmmmmmmmsch......mmmmmmmsch (perdonad pero no sé cómo puedo escribir mejor esta onomatopeya) y poco a poco nos íbamos acercando al ruído, cada vez más fuerte. Pensábamos que alguien nos estaba chistando, hasta que de repente, entre las sombras, vemos algo que se mueve, y cuanto más nos íbamos acercando mejor veíamos lo que era: ¡¡un chico con una katana entrenando!! El chico no tendría nada de maldad, pero el susto que nos dio el cabrón... ¡Es para matarlo! jeje. Da muy buen rollo saber que hay un chaval con una katana practicando ciertas noches a cien metros de tu casa. Aunque bueno, tampoco es para tanto. La segunda vez que lo vimos fue desde más lejos, porque esa vez rodeamos el campo por la pista de atletismo, aunque aun así no dejo de sorprendernos.

Cambiando de situación, pero no mucho de punto geográfico, porque esto pasó en la pista de fútbol sala, que está al lado, ayer sucedió una cosa algo chocante mientras pitaba un partido. Antes el equipo "Erasmus" había jugado ya dos partidos de un minitorneo (Aquí lo del deporte está muy bien organizado, un día hablaré de ello. Por cierto, ganamos uno y perdimos otro) y el tercero lo jugaban entre los otros dos equipos. Aquí hay una cosa que me gusta cómo se hace, y es que los partidos lo pita algún jugador de un equipo que no está jugando, y me tocó a mí. Llevo toda la vida jugando al fútbol y por hache o por be nunca había pitado un partido, y menudo partido fui a pitar... El partido se iba calentando poco a poco, yo pitaba lo que me parecía correcto. Como defensa que he sido toda mi vida, una patadita, es simplemente una patadita, hay que ser más duro y seguir jugando... Así que como los árbitros ingleses, dejaba continuar el juego. Igual tuve algo de culpa, pero vamos, la cuestión es que se pelearon, y no una, ¡sino dos veces! Uno de ellos salió con la cara roja e inchada, y decía "Je veux parler avec lui!!!", refiriéndose al chico que le había pegado... Imaginaos lo que le quería decir... jeje. ¡Menudo gancho tenía el negro!

Y para lo último dejo lo más interesante. No sé si saldría ayer en las noticias y si lo habrá visto alguno, pero vamos, ayer por la mañana, un chaval de 17 años con depresión y trastornos mentales,  secuestró en una guadería a 20 niños de entre 4 y 6 años y a la profesora durante 3 horas o más. Esto pasó en Planoise, uno de los barrios pobres de Besanzón, por el cual pasamos con el autobús cuando vamos al centro comercial. Al final todo salió bien, y el chico fue detenido por la policía. Si tenéis curiosidad y queréis saber más, aquí os dejo un  artículo de El País.


Cuidaoh hermanaasoh (como dice mi amigo lanzaroteño o conejero), ¡¡y haced el amor y no la guerra!!

domingo, 12 de diciembre de 2010

Cocinero cocinero enciende bien la candela

11:45, se acerca la hora de la comida. Aquí es así. Al final se te hace el estómago a ese ritmo biológico, y llegas a tener hasta hambre a esa hora. Llego a mi habitación a las 11:55 más o menos. Enchufo el portátil, por ponerme algo de música y poder venir al ordenador mientras dejo la comida reposando. ¿Qué me hago hoy? Venga, vamos a hacer unos espaguetis con atún, que no tengo mucho tiempo para comer y tengo que volver pronto a la universidad. Más sencillo y rápido imposible. Cogo la pasta, el aceite, la sal, una hoja de laurel, la olla... mierda...empiezo a oír ruídos... ¡Ya hay alguien usando los fuegos! A toda hostia empiezo a coger las cosas que me faltan, salgo, llego a la cocina, y si, mis sospechas acaban por confirmarse, ya hay gente que se ha cogido los fuegos buenos... Y es que en esta residencia hay algunas cositas que deberían de cambiar. Por ejemplo falta de lavadoras, falta de una sala en el edificio para poder reunirnos y lo que os estoy contando ahora, los fuegos. Bueno, la cocina en general, que deja algo que desear.
Al final, de los cuatro fuegos que hay, me quedo con uno de los peores (cosa que me sucede muy a menudo). La parte positiva, es que hoy están cocinando los hindúes, y sus especias dejan un aroma riquísimo en el pasillo que a mí me encanta.
Al final, para cocinar una simple pasta y luego calentar un poco el tomate y el atún, he necesitado 40 min...

Aquí uno de los hindúes. Por cierto, todos muy simpáticos.

Hoy simplemente quería contaros el caos que es cocinar aquí. En el siguiente os contaré lo que hice en Montbéliard, que últimamente estoy viajero.

Un besuquillo!

martes, 7 de diciembre de 2010

Strasbourg et Arc-et-Senans

Ahora sí que me estoy moviendo un poco más, y poco a poco le voy cogiendo más cariño a Francia y a esta regioncilla.
Este viernes 2 autobuses llenos de "estudiantes" indecentes fueron a pasar el día a Estrasburgo. En uno de esos autobuses iba yo, claro. ¡Pa' indecente yo! Salimos desde el campus de Besançon a las 6:45 y llegamos al Consejo Europeo de Estrasburgo a las 10:10, un edificio grande, pero no muy allá, en la entrada del cual había una ristra de banderas. Una guía, que hay que decir que era un tostón, nos guió, valga la redundancia, y explicó todo aquello. En ese edificio, que no es el Parlamento Europeo, ese de los súper ultra hiper Eurodiputados, se deciden temas como los derechos humanos de los europeos.






Salimos del edificio, volvimos a coger el bus y fuimos al centro. 12:30. A las 16:00 teníamos que estar cogiendo otra vez el autobús para volver a Besançon. Habían unos -5ºC, y teníamos 3 horas y media para visitar el centro de la ciudad. ¿¡Qué mejor forma para calentarse!? Aunque bueno, yo no sé quién se calentaría, porque yo desde luego no me calenté. A pesar de mis peacho de cacho de botas, mis deditos estuvieron a punto de tener la misma suerte que los de Oiarzábal. Pero bueno, subimos y vimos la catedral (que cuando la veías se te cortaba la respiración), andamos por los alrededores, calles de tiendas, un barrio muy coqueto que se llama Petite France y un mercado navideño que estaba repartido por toda la ciudad. La ciudad merece la pena verla, pero al igual que yo la vi rápido, yo sólo os puedo contar lo que vi, rápido. Una lástima que tuviéramos tan poco tiempo.











Y al día siguiente, ¡el "Lorenzo" hizo su gran aparición! Se ve que le debe dinero a alguien por estas tierras y por eso se deja ver tan poco, porque vamos... Aunque bueno, evidentemente, no todo es malo. Los paisajes recién nevados con un día soleado, son no menos que flipantes. Y aprovechando ese gran día que hizo, una siciliana, una fuenlabreña y yo, cogimos el tren, durante sólo media horita, y fuimos a un pueblecito que se llama Arc-et-Senans. Que por cierto, el tren lo cogimos por pura chorra. Faltó tener que salir corriendo detrás del tren y engancharnos a él en el último momento. Bueno, en este pueblecito, que son cuatro casas, una panadería y un Credit Agricole, se encuentra una edificación que es patrimonio de la unesco, que no es poco. Se trata de unos edificios que forman un semicírculo (porque las obras no llegaron a terminarse) donde se extraía y vendía sal. En el siglo XVIII a la sal la llamaban el oro blanco, de ahí estos edificios. Los museos que hay dentro no tienen mucho, pero el sitio está bastante bien. En ese pueblecito fuimos a una tienda de cosas típicas de la región y compramos queso Comté. Luego fuimos a la panadería que os decía antes, y compramos un poco de pan. Esa noche, amén de otras cosas, cenamos queso Comté con pan. A quien le guste el queso le encantará éste. Tranquilos que llevaré algo esta navidad, y podremos disfrutar como cochinos. En serio, está buenísimo.





Cuidaos, un besote y no estudiéis/trabajéis mucho en el puente (aunque ya se esté terminando).

jueves, 2 de diciembre de 2010

Allez Dijon, allez!!

Resulta que el otro día me invitaron a ver un partido de balonmano femenino. Según me dijeron, el único equipo que se encuentra en la primera división francesa de algún deporte, es éste, así que allí fuimos, de gratis, claro. Era un pabellón más bien grande, para lo que yo me esperaba al menos, y estaba casi lleno (no soy muy bueno en esto, pero yo creo que entre 1000 y 2000 personas), y fuimos a sentarnos al lado de los aficionados del equipo visitante, el Dijon, que es una ciudad que está aquí cerca. Sí, la de la mostaza. Lo más interesante es que el líder de estos ultras (sí, vamos a llamarlos ultras que así queda más interesante), no era un joven rapado, fuerte, con tatuajes... es que, ni si quiera un joven. Era una vieja!!! (no Andrés no... señora con cierta edad) Os puedo asegurar que la mujer esa gritaba más que cualquiera de vosotros. Los ponía a todos a cantar cánticos franceses, los cuales nosotros intentábamos seguirlos sin mucho éxito. Bueno, éxito sí que tuvimos, porque les caímos bien, y nos preguntaron que de dónde éramos y demás. Si aquí existe algo parecido a "el Día Después", salimos fijo!
Luego habían otros que decían que éramos unos vendidos, pero es que los aficionados bisontinos eran muy recatados... así que nosotros íbamos con los más divertidos!



Allez Dijon, allez!!!


PD: Mañana me voy a Estrasburgo con la asociación erasmus!! Ya escribiré una entrada restregándoos lo bonito que es Estrasburgo.

PD2: No lo había dicho hasta ahora porque no había caído, pero mi móvil español lleva apagado más de un mes, porque me pide el código puk y en mi casa no lo han encontrado. Lo digo por si las moscas.


Un abracico a todos